¿Qué es un devocional?

¿Cómo hacer correctamente un devocional?


Dios tiene propósitos para nosotros en la disciplina de la meditación diaria de la Biblia y la oración. Aquí están algunos:

1. Ejercita el alma (1 Corintios 9:24, Romanos 15:4): ejercitamos nuestros cuerpos para aumentar la fuerza, resistencia, promoviendo la salud general y manteniendo lejos el peso innecesario.

Los devocionales son como ejercicio para nuestras almas. Fuerza a la atención ante distracciones autocomplacientes hacia los propósitos y promesas de Dios.

Si descuidamos este ejercicio nuestra alma se irá marchitando.

2. Forma nuestra alma (Romanos 12:2): el cuerpo tendrá generalmente la forma de cómo podemos ejercitarnos y lo que comemos.

Sea el entrenamiento con pesas u de otra forma. Lo mismo vale para el alma. Se ajusta a cómo nosotros ejercemos (o no el ejercicio). Por esta razón cambiar su rutina de ejercicio puede ser útil. Tome unos meses para meditar y orar a través de textos inspirados con un área de preocupación especial, etc.

3. Nos sumerge en la Biblia (Salmo 119, Salmo 119:97, Proverbios 23:12): un cuidadoso, sumergirse repetitivo en la Biblia en el transcurso de los años aumenta nuestro conocimiento bíblico general, proveyendo combustible para el fuego de la adoración y el aumento de nuestra capacidad de extraer de todas las partes de la Biblia la aplicación de la sabiduría de Dios a la vida diaria.

4. Nos entrena para Luchar (Efesios 6:10 – 17): Los Marines se someten a un entrenamiento riguroso con el fin de arraigar así su conocimiento de armas para cuando las necesiten de repente ante el caos del combate, las manejan instintivamente. Asimismo, manejar diariamente y usar la espada del espíritu (Efesios 6:17) nos hace guerreros espirituales más hábiles.

5. Entrena nuestra visión (2 Corintios 5:7, 2 Corintios 4:18): Jesús realmente quiere ser visto y disfrutado. Uno disfruta lo que puede ver y palpar.

Pero se ve solamente por los ojos de la fe. “La Fe ciega” es una contradicción, al menos bíblicamente. La fe no es ciega. La incredulidad es ciega (Juan 9:38 – 41).

Fe es ver una realidad que los ojos físicos no pueden ver y creer (1 Pedro 1:8). Y “la fe viene del oír y el oír por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17). Así que si vamos a disfrutar de Jesús, debemos verlo en la palabra que él habla.

La fe es un don (Efesios 2:8). Y como la mayoría de los regalos de Dios, están destinados a ser cultivados.

Los devocionales diarios son una manera importante para entrenar nuestros ojos de la fe para ver la gloria de Jesús en su palabra y la formación de nuestras emociones para responder a lo que ven nuestros ojos de fe. Manteniéndonos en busca de la gloria, hará que Jesús te de los momentos de Emaús (Lucas 24:31 – 32).

6. Nos brinda el deleite de cultivar el Amor (Salmo 37:3 – 4, Santiago 4:8): cuando una pareja se enamora hay fuegos artificiales hormonales. Pero cuando se casa debe cultivar el deleite del uno con el otro.

Es la búsqueda constante, persistente, fiel, intencional, cariñosa del uno a otro, ya sea durante tiempos buenos o malos, cultivando el placer en el otro trae un amor mucho más profundo y más rico que la fase de los fuegos artificiales.

Asimismo, los devocionales son una de las maneras que queremos cultivar el deleite en Dios. Muchos días pueden parecer triviales. Pero nos sorprenderá el poder acumulativo que tiene el profundizar nuestro amor teniendo conciencia de él.

7. Fortalece nuestra alma con un alimento alternativo. Escrito está: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Mateo 4:4; el cuerpo humano se fortalece con el alimento natural, pero el alimento que da Dios nos fortalece todo nuestro ser.

Podemos carecer de afectos humanos y de bienes materiales que alimenten nuestras emociones. Podemos atravesar procesos de desánimo, pero la confianza en Su Palabra nos anima y nos trae consuelo, esperanza y gozo.

La conclusión es esta: no te rindas en la práctica de las devociones diarias. No las desplaces por otras demandas.

Ladrillo a ladrillo se construye un edificio. Lección sobre lección se gana un grado. Pincelada tras pincelada se crea una pintura. Tus devociones pueden parecer comunes hoy, pero Dios nos transforma sin darnos cuenta día a día a la imagen de Cristo.

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